Los Títeres precolombinos en Chile
Por Ana María Allendes, La investigación de los moai títeres en Isla de Pascua fue iniciada por Ana María Allendes a raíz de la compilación de María Luisa Maldonado publicada en la Revista Títeres Nº 11 dirigida por Oscar Caamaño. Refiere la tradición que el Ariki, "TU' U KO IHO", jefe sabio, inteligente y astuto, camino a Punapau, vio a dos fantasmas, los Aku-aku: HITIRAU y NUKO que estaban durmiendo uno al lado del otro. Se habían desprendido de sus carnes y sus cuerpos demacrados mostraban los huesos de las costillas. "TU' U KO IHO" se quedó contemplándolos, pero en eso, otro Aku "O KERE KERE", al observar al Ariki desde el monte Tangarva, gritó a sus compañeros: "Despertad, el Ariki ha visto vuestros cuerpos miserables". Los Aku-aku se levantaron sorprendidos, y cubriendo sus huesos con carnes como si fueran personas vivas salieron a encontrar al Ariki el cual se había alejado rápidamente. Luego de saludarlo le preguntaron: ¿Qué encontraste en tu camino hacia acá? "TU' U KO IHO" les dijo mirándolos a los ojos: Nada, no he visto nada, y siguió su camino. Un poco más adelante volvieron junto a otros Aku Aku a interceptarlo, preguntándole lo mismo y recibiendo la misma respuesta. Más allá, lo interceptaron, por tercera vez acompañados por miles de Aku Akus, insistiendo el Ariki que nada había visto. Los Aku Aku se rieron y gritaron de felicidad pensando que el Ariki no había descubierto sus ridículos cuerpos. Pero para estar seguros, siguieron a "TU' U KO IHO" hasta su casa donde lo vigilaron dos días y dos noches por si este hablaba en sueños, pero él no se dejó sorprender, por lo que los Aku Aku se alejaron de allí para no volver. Mientras el Ariki "TU' U KO IHO" meditaba sobre su aventura, lo visitaron tres hermosas muchachas desnudas que se llamaban PA'APA' A HIRO, PA'APA' A KIRAN'GI, y TOOTAKE TURU MAI TE RAN'GI. "TU' U KO IHO" tomó un pedazo de toromiro, y con una herramienta de obsidiana, empezó a tallar las figuras de los Aku Aku, demacradas, desprovistas de carne, con vientres hundidos y costillas salientes; con tizones recogidos de un curanto en Akahanga, terminó los detalles de los ojos, y otras partes del cuerpo, naciendo así los moai kava kava. Luego talló a las tres hermosas figuras de carne de las niñas que lo habían visitado, y las llamó "moai pa'apa'a". Por último trenzó cordeles de mahute suspendiendo de ellos los moai de tal forma, que cuando tiraba de los cordeles, las figuras caminaban. La vivienda del Ariki "TU' U KO IHO" se llamó "Casa de los moai títeres" y desde entonces dichos moai se siguen esculpiendo en " Te Pito o te Henúa", "Rapa Nui" o "Isla de Pascua".
TITERES DE MAHUTE:A diferencia de lo formal estatuario del moai, estas figuras tienen un espíritu distinto, una vitalidad que atrae hacia él. Las medidas formales y estrictas, son sobrepasadas por la postura y la pintura policromada siendo la razón de la función de las figuras. Las figuras ponen énfasis a la mano con sus largos y finos dedos y uñas policromadas de rojo. Tienen pupilas grandes, ojeras redondeadas, énfasis en la columna vertebral rígida y dos rostros, la cabeza se da vuelta, pintadas con rojo, blanco, amarillo, el cuerpo negro y coloreados sus vestidos. La estructura del esqueleto se construía con atados de totora para darle firmeza y se cubría con cortezas, las que eran cosidas en tiras para hacerlas más anchas, en vez de machacarlas. Los huecos se rellenaban con pequeños rollos de totora o de tapa dejando la cavidad para los ojos, los que se ponían al final y eran trabajados en madera cubierta de tapa y afirmados con una pequeña puntada. Los dientes estaban hechos de tapa pintada y eran cosidos uno por uno. Los dedos son de totora o pequeños trozos de madera terminados por separado. Las orejas son de tapa. Pene y testículo son también de tapa y cosidos. Las figuras miden 50 cm. Existen también figuras grandes rellenadas con pasto seco (Figuras painas) con brazos, piernas y cabeza, ojos toscos con boca y nariz con orificio y pelo negro que le llega a la mitad de la espalda. En ciertos días, transportaban este ídolo a la plaza donde se hacían demostraciones dedicadas a la excitación, y la figura era como un animador. Se utilizaban en fiestas en memoria de los difuntos frente a los ahú (altares) que duraban varios días y terminaban en banquetes. Existían también figuras hechas de tapa que cubrían una estructura estable de madera o ramas por donde se podía meter una persona. La figura portaba una corona con plumas negras y luego se guardaban para las próximas fiestas. Después del decaimiento de estas figuras fueron reemplazadas por las figuras de los moais. De Langle observó otras figuras de tapa que tenían alrededor del cuello una especie de canasto que tenían 2 pies de largo, los brazos cruzados y las piernas colgantes. Estas figuras tenían función ritual relacionado del acontecer del pueblo en las fiestas populares. Estas figuras desvían la mirada hacia el pueblo en que, finalmente está en lo religioso, la consecuente estructura política y satisface las necesidades diarias.
BIBLIOGRAFIA:
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